La gran mayoría de nosotros anhela tener una buena figura, un cuerpo dentro de su peso normal, contorneado y sano. Si bien no hay una fórmula mágica que logre “un cuerpo perfecto” -aquí habrá que ver qué entiende cada uno por un cuerpo perfecto- de un día para el otro, sí hay hábitos de alimentación y de vida que pueden ayudarnos a estar sanos y en buena forma.
*En principio, la dieta que llevemos será fundamental. Llevar un régimen equilibrado y nutritivo, siguiendo las recomendaciones de la pirámide básica de alimentos, y no abusando de las grasas y los azúcares artificiales será un buen punto de partida.
Siempre recuerda escoger hidratos de carbono complejos como legumbres y cereales integrales, abundante fruta y verdura, carnes magras y pescados, y lácteos desnatados.
Además, se aconseja seguir la fórmula del “6 contra 1″, es decir, llevar una dieta cuidadosa y balanceada seis días a la semana y permitirse sólo un día “libre”. La dieta debe ser la adecuada si queremos gozar de buena salud, y tener músculos fuertes y más desarrollados.
*Es esencial ser consistente con nuestra decisión. Si bien la fuerza de voluntad es elemental en este sentido, también lo será ir planteándose objetivos lógicos y razonables, a corto, medio y largo plazo.
Coherencia es lo que se requiere: no te propongas perder cuatro kilos en una semana porque no será saludable para tu cuerpo y será un objetivo casi imposible de alcanzar. Deberás ser más austero en tus primeras pretensiones.
Cuatro kilos podrás perder, sí, pero te demandará más tiempo que una semana, dos meses quizá.
*En cuanto al ejercicio, la fórmula recomendada es 3 + 2, es decir, idear un plan semanal de ejercitación que incluya tres sesiones de musculación o ejercicio fitness, y dos de actividad cardiovascular o aeróbica. Así también, recuerda alternar los días, para trabajar bien todos los grupos musculares y evitar que se fatiguen.
La actividad física es un elemento clave a la hora de modelar nuestro cuerpo: un cuerpo bien definido significa un bajo porcentaje de grasas y un desarrollo muscular importante.
*Al momento de escoger qué comer, di no a los fritos y precocinados. Todo lo que sea “fast food” es una mala elección: alto contenido de grasas y calorías por pocos nutrientes reales.
Siempre será mejor te reserves un tiempo en la cocina y elabores tus propios alimentos, cocinados con métodos naturales: al horno, la vaporiera o a la plancha.
*Finalmente, ten presente la siguiente proporción: 25-40-10-25. Aunque parezca un código extraño, no es más que la unión de los porcentajes recomendados del consumo de calorías en cada una de las comidas diarias. Es decir, la fórmula quedaría así:
25 por ciento de las kilocalorías diarias en el desayuno
40 por ciento de las kilocalorías diarias en la comida
10 por ciento de las kilocalorías diarias en la merienda (en caso de ejercicio por la tarde)
25 por ciento de las kilocalorías diarias en la cena