Para muchos de los que acudimos al gimnasio la actividad física es una práctica que realizamos con meditación y constancia, cuidando mucho cada ejercicio y saber en qué parte concreta del cuerpo incidirá y los resultados que va a tener. A pesar de esto existe un grupo de personas que sigue improvisando a la hora de acudir al gimnasio sin tener en cuenta el riesgo que esto conlleva y poniendo en peligro su desarrollo muscular. Por eso queremos hacer hincapié en ellos y exponer lo negativo de esta actitud.
Como hemos comentado en infinidad de ocasiones, no tenemos por qué sujetarnos a una tabla y ser rígidos en el desarrollo de los entrenamientos, ya que el cuerpo necesita una variación en las rutinas. Pero tampoco debemos llegar al otro extremo que es el de acudir a entrenar sin nada preparado, sin unos ciertos conocimientos de las diferentes rutinas, ejercicios y mucho menos de los grupos musculares a trabajar. Es cierto que esto depende mucho de cada persona, pero si queremos obtener unos buenos resultados debemos molestarnos un poco y evitar la improvisación.
Es cierto que a la hora de entrenar debe primar la variación de rutinas y ejercicios, pero esto no quiere decir que es necesario improvisar. No seguir un esquema de entrenamiento lo que hace es que muchas personas toquen diferentes tipos de grupos musculares sin centrarse en ninguno en particular, por lo que el riesgo de lesión es mayor, pues al no tener una parte concreta caliente y estirada lo que podemos conseguir es dispersar mucho las partes trabajadas y llegar a hacernos daño.
Algo similar pasa con la efectividad de los ejercicios, pues al no centrarnos en algo en concreto, no seguir un orden de trabajo y hacer las rutinas según nos vienen a la cabeza, lo que hacemos es generalizar mucho a la hora de tocar una determinada zona. Esto lo que hará será frenar el desarrollo muscular, además de agotarnos mucho más a la hora de seguir una rutina de entrenamientos, poniendo en peligro el estado general de nuestro cuerpo y la recuperación muscular.
Al no lograr el desarrollo esperado con este tipo de forma de entrenar lo que sucede es que acabamos por desmoralizarnos por completo abandonando los entrenamientos y con ello dejando de lado el gimnasio. Antes de que esto suceda debemos analizar nuestra rutina, y saber si realmente la hacemos bien o nos guiamos por el azar y la apetencia de cada día. Si es así lo mejor será replantearnos la rutina, pedir ayuda a algún monitor y ajustarla a nuestro estado físico y necesidades de tiempo y horario.
Via: vitonica
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1 de mayo de 2010
La improvisación, el peor compañero de entrenamiento
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