La agilidad es sin dudas una cualidad sumamente requerida por muchos deportistas. Se trata de la capacidad del organismo de desplazarse en forma rápida en distancias cortas mediante movimientos precisos.
La agilidad puede entrenarse en una sesión exclusiva donde pretendamos únicamente mejorar esta capacidad, o bien antes de iniciar entrenamientos de fuerza o técnicos. Es importante destacar que un entrenamiento de agilidad no debe dejarse para la última parte de la sesión. Esto e debe al gran esfuerzo, tanto del sistema nervioso como del cardiovascular, que demanda entrenar la agilidad. Para que el mismo sea eficiente debe realizarse bien descansado.
Un buen desarrollo de la fuerza y de la coordinación son buenas bases para la agilidad, por lo que una persona bien entrenada tendrá una ventaja a la hora de empezar un plan tendiente a mejorar la agilidad.
Estos planes constarán de ejercicios de movimientos rápidos, que estimulen la reacción (se pueden hacer sprints empezando en posición estacionaria, o cambios de dirección muy veloces).
Como dijimos anteriormente, el esfuerzo y la fatiga en el sistema nervioso son grandes, por lo que es necesario una recuperación completa (al menos 3 minutos) entre trabajos de agilidad.
Desde luego, estas son sólo algunas ayudas. Un plan para mejorar la agilidad en un deporte específico debe ser diseñado por un profesional que monitoree el estado actual y el entrenamiento de cada uno. Así se podrá mejorar, progresivamente, la agilidad.
Via: FitnessOnline.com.ar