Si hablamos de quema grasa todos sabemos a lo que nos referimos, se trata de comprimidos que nos ayudan a acelerar el metabolismo y con ello la quema de calorías y grasas por parte del organismo. Científicamente reciben el nombre de termogénicos, debido a que hacen que el metabolismo aumente. En su mayoría suelen estar elaborados a partir de sustancias estimulantes como la cafeína o el té verde. Es cierto que en determinadas ocasiones nos pueden ayudar, pero no podemos pasar por alto algunos de sus efectos.
Seguro que en alguna ocasión hemos utilizado o conocemos a alguien que haya echado mano de estas sustancias para mejorar su figura. La manera de actuar de estos compuestos es a través del aumento de la temperatura corporal, lo que lleva a la quema de más calorías. Pero existen muchas personas que no pueden tomarlos debido a sus efectos secundarios.
Los termogénicos suelen incidir directamente en el corazón. No debemos olvidar que se trata de sustancias estimulantes que aumentan el ritmo cardiaco y por lo tanto pueden hacer que este órgano sufra las consecuencias. Su ingesta no es nada recomendada en personas que padecen del corazón o aquellas que tienen mala circulación, hipertensión… Al ingerir estos preparados se corre el riesgo de sufrir taquicardias, arritmias y dañar poco a poco el corazón.
Su consumo está desaconsejado también en personas que llevan una dieta baja en hidratos de carbono, ya que al acelerar el metabolismo es necesario que mantengamos unas reservas de glucógeno altas para así obtener energía. Si no lo hacemos, al aumentar el ritmo metabólico conseguiremos un rápido consumo de la energía, quedándonos sin fuerzas para poder hacer frente a las necesidades físicas. Es cierto que anímicamente nos dan la sensación de tener más energía, pero realmente es una sensación, no una realidad si no nos alimentamos como es debido en lo referente a los hidratos.
El uso de termogénicos acelera tanto nuestro metabolismo y su funcionamiento que en algunas personas puede llegar a trastocar sus biorritmos, hasta el punto de llegar a producir insomnio en las personas que los utilizan para perder peso. A esto debemos sumar que su uso al comenzar una dieta, cuando más peso se pierde, puede ser un inconveniente en lo referente a descolgamientos, pues la pérdida será muy rápida sin dejar apenas que la piel se acostumbre. Es mucho mejor echar mano de ellos al final del proceso, y si podemos evitarlos y conseguir eliminar los kilos que nos sobran con dieta y deporte, mejor que mejor.