Este índice expresa el aumento de la glucosa que provocan en la sangre esos alimentos una vez ingeridos, por eso el valor 100 corresponde a la glucosa pura, que es el alimento que más rápido llega a la sangre.
Los alimentos con alto índice glucémico elevan rápido y notablemente la glucosa en sangre, lo cual produce una secreción de insulina por parte del páncreas. El aumento de insulina tiene dos efectos negativos: favorece el almacenamiento de la grasa y aumenta la sensación de hambre. Además, pocas horas después de la ingesta de un alimento de alto índice glucémico hay una caída fuerte del nivel de glucosa, que produce más sensación de hambre (injustificada porque tu cuerpo tiene la energía que necesita).
Conocer el índice glucémico de los alimentos es más importante todavía en el caso de los deportistas, porque va a determinar cuanto tiempo estará disponible para tus músculos la energía que te proporcionan. Si vas hacer un esfuerzo de larga duración, no te interesan los alimentos de alto índice glucémico que tras un “bombazo” de energía tienen como consecuencia una caída de la glucosa y la consiguiente sensación de vacío.
No hay una “dieta glucémica” pero es un parámetro que no debemos dejar de lado y que se tiene muy en cuenta en dietas como la Montignac o la Molotov.
Se puede comer sin restricciones alimentos de índice glucémico bajo, con ciertas restricciones los de índice medio y, según lo estricta que quieres que sea tu dieta, prohibir los de índice alto o disminuir mucho su consumo. De todas formas también hay que tener en cuenta los alimentos grasos o con abundancia de proteínas, que también aportan calorías (y muchas en el caso de los alimentos grasos) que “no existen” para esta teoría.
- Índice glucémico bajo
- Índice glucémico medio
- Índice glucémico alto