Este ejercicio es otra de las posturas encaminadas a trabajar la zona abdominal, concretamente los oblicuos. Con la lumbar pegada al suelo y las piernas elevadas, se colocan las manos detrás de la cabeza con los codos completamente abiertos.
Desde esta postura, hay que girar la parte superior del cuerpo hacia la pierna que se flexiona, aunque no es necesario que el codo toque la rodilla.
«Las manos se utilizan sólo como apoyo de la cabeza, para así no forzar la espalda y el cuello», destaca Sonia de Celis, monitora y fisioterapeuta del Pilates Málaga Center. El aire se toma al llevar el tronco al centro y se suelta al girar hacia el lado, manteniendo los codos abiertos y alargando la pierna. De este movimiento, hay que hacer una serie en la que se estire seis veces cada pierna.