La rodilla es una parte muy importante del cuerpo, ya que es una de las articulaciones que más tensión aguanta a lo largo del día. Esto debería convertirla en una zona fuerte pero casi siempre es la primera en resentirse cuando no realizamos entrenamientos correctos, y es que, en contra de lo que pensamos, es una parte muy delicada del organismo y por ello es necesario que la mantengamos en perfectas condiciones para poder hacer frente a las distintas rutinas de entrenamiento que vamos a llevar a cabo.
Para evitar lesionarnos las rodillas y conseguir que se fortalezcan es necesario que las trabajemos. Muchas personas piensan que la mejor manera de evitar esto es no realizar ejercicios en los que intervengan las rodillas. Esto es un fallo, puesto que para que las rodillas se mantengan en plena salud es fundamental que reforcemos los músculos que las rodean, para ello debemos hacerlo de manera progresiva y sencilla, por eso desde Vitónica vamos a indicar una manera de lograrlo, se trata de un ejercicio sencillo conocido como zancada con nuestro propio peso.
Habitualmente realizamos este ejercicio con peso, ya que es una buena manera de entrenar las piernas y todos los músculos que las componen, pero si lo que queremos es lograr unas rodillas fuertes lo que tenemos que hacer es llevarlo a cabo sin ningún peso adicional, simplemente con el nuestro para poder así incidir más en las rodillas y los músculos que las rodean y concentrarnos en el movimiento que vamos a llevar a cabo, que será muy importante a la hora de ejecutar el resto de rutinas de pierna como la sentadillas.
Para realizar este ejercicio simplemente nos debemos colocar de pie, mirando al frente con las piernas ligeramente separadas y las manos colocadas detrás de la nuca para evitar impulsarnos con ellas. De esta manera y manteniendo la espalda recta durante todo el recorrido daremos una zancada hacia delante con la pierna derecha, de modo que la izquierda, que se queda detrás se doblará sin llegar a tocar el suelo. La que tenemos adelantada también se doblará pero es necesario que la rodilla no sobrepase la punta del pie, ya que de otro modo lo que conseguiremos será el efecto contrario, hacernos daño en la rodilla.
Este ejercicio lo debemos llevar a cabo con ambas piernas para incidir de igual manera en cada una de ellas. Es importante que concentremos todo el empuje del ejercicio en los cuadriceps y glúteos, que serán los músculos que se verán impactados por este ejercicio y conseguir así que se fortalezcan las rodillas. Pero realizar este ejercicio no solamente incidirá en estos grupos musculares, sino que también contribuirá a que tengamos unos cartílagos fuertes y más resistentes, además de ayudarnos a estabilizar los cuadriceps y lograr así un mayor control a la hora de realizar cualquier ejercicio con las piernas.