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16 de julio de 2009

Cinturón lumbar, un conrtrovertido compañero de entrenamiento

Muchas veces el entrenamiento en el gimnasio es un compendio de manías y costumbres que en ocasiones son correctas y otras no lo son tanto. Un claro ejemplo de manía en muchos de los que asistimos al gimnasio es la de usar un cinturón lumbar en los entrenamientos. Pero, ¿realmente es necesario llevar siempre puesto este cinturón?

El cinturón lumbar forma parte habitual de los equipamientos que nos podemos encontrar en el gimnasio. De hecho muchos lo consideran una herramienta más de sus entrenamientos y la usan de forma habitual. Realmente el cinturón lumbar nunca debería convertirse en eso, sino que es simplemente una ayuda en determinados momentos y en estados concretos en los que nos encontramos físicamente hablando. Es importante que sepamos si es necesario su uso o no.

La principal función del cinturón lumbar es la de sujetar los músculos de esta parte del cuerpo para evitar lesiones causadas por el ejercicio. La fuerza que este utensilio ejerce sobre nuestra zona lumbar es alta, manteniendo toda esta parte sujeta y previniendo así las molestias que se derivan de un exceso de tensión o sobrecarga de esta parte del cuerpo. Utilizar el cinturón lumbar es recomendable para aquellas personas que levantan un cierto volumen de carga y necesitan un apoyo para evitar lesionarse.

En ningún caso el uso del cinturón lumbar debe de convertirse en una constante, ya que como hemos visto en infinidad de ocasiones el cuerpo humano es un compendio de costumbres y acaba adaptándose a las diferentes situaciones a las que le sometemos. En el caso del cinturón lumbar sucede algo parecido, ya que si lo utilizamos pos costumbre acabaremos por depender de él y conseguir un a zona lumbar débil y carente de fuerza.

Lo ideal a la hora de entrenar es mantener fuerte tanto la parte de los lumbares como la zona abdominal. Un tronco fuerte se va a encargar de estabilizar nuestro cuerpo a la hora de realizar los diferentes tipos de ejercicio. El tronco es un punto de fuerza principal del organismo, ya que en esta zona es donde se focalizan gran parte de los impulsos a la hora de realizar un ejercicio. Por este motivo muchas personas sienten la necesidad de utilizar un cinturón abdominal con el fin de proteger esta parte del cuerpo.

El uso prolongado del cinturón conseguirá a la larga que la parte que queremos prevenir de las lesiones se quede debilitada. Al utilizar esta ayuda los músculos dejan de trabajar de la misma manera que lo harían si estuvieran sueltos. A la larga acabamos por debilitar una zona que en teoría tiene que mantenerse fuerte, y para ello es fundamental trabajarla y conseguir una homogeneidad tanto de la parte abdominal como en la lumbar.

Ante todo debemos tener en cuenta que el exceso de cargas puede pasarnos factura, pues muchas veces el cinturón abdominal lo utilizamos para disimular las carencias de fuerza que tenemos y que se traducen en posturas forzadas que ponen en peligro la salud muscular, pues son el detonante de las lesiones más graves que sufrimos a la hora de entrenar. Es fundamental concienciarnos de la importancia que tiene realizar los ejercicios correctamente sin la necesidad de ayudas externas, ya que debe ser nuestro cuerpo el que pueda afrontar por sí solo el entrenamiento.

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