Si tu objetivo en el gimnasio es aumentar la masa muscular, este es el orden a seguir en una sesión. Primero tu rutina de entrenamiento de pesas, y después un poquito de cardio para mejorar la recuperación y quemar algo de calorías.
El cardio también se puede hacer al inicio de la sesión, a modo de calentamiento, pero hablamos de apenas 5 minutos para poner a punto los músculos. Si realizásemos media hora o más de cardio al inicio de la sesión de fuerza, después estaríamos muy cansados o no del todo apunto para poder hacer un entrenamiento con pesas de calidad.
El cardio al final de la sesión de fuerza mejorará la recuperación al aumentar el riego al músculo, limpiar los desechos que ha originado el entrenamiento con pesas y aportar nutrientes para recuperar. Además, el efecto “quemagrasas” es mayor.
Por tanto podemos decir que no hay que olvidarse del cardio en el entrenamiento de fuerza, ya sea a modo de bici, cinta de correr, elíptica o similar. Y mejor realizarlo cuando hemos acabado nuestra rutina diaria, un tiempo de 20 a 30 minutos y de intensidad media, sin machacarnos en exceso.
Via: vitonica