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11 de diciembre de 2008

Vitamina C y deporte

En la vida de cualquier persona, la alimentación equilibrada es de gran relevancia, no sólo porque de ella se obtiene la energía que constituye el combustible del cuerpo, sino porque a través de los alimentos obtenemos sustancias como las vitaminas y minerales, esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.

Las vitaminas son compuestos químicos que, aunque el cuerpo las necesita en menores cantidades, no dejan de ser fundamentales para mantener un organismo sano, fuerte y sin desequilibrios.

La vitamina C cumple muchas funciones que contribuyen a mantener una buena salud y si analizamos con detenimiento sus roles, nos daremos cuenta de cuánto puede potenciar la actividad física y favorecer al individuo que se ejercita regularmente.

Una de las funciones principales de la vitamina C es reforzar el sistema inmunológico del cuerpo y actuar como antioxidante, es decir, reduciendo el efecto de los radicales libres del oxígeno que se generan ante la oxidación de este último.

Teniendo en cuenta que el esfuerzo físico representa un situación de estrés para el cuerpo, éste genera radicales libres y por ello, es indispensable que la persona que realiza actividad física con regularidad mantenga sus niveles de vitamina C normales. De esta forma, evitará el daño celular que los radicales libres del oxígeno pueden causar y, además, reforzará su sistema de defensas evitando la aparición de enfermedades.

Entre otros de sus efectos, la vitamina C o ácido ascórbico se encuentra involucrada en el mantenimiento de los huesos, dientes, ligamentos, tendones y vasos sanguíneos, lo cual resulta fundamental para una persona que constantemente utiliza los tejidos blandos y las articulaciones para efectuar movimientos que, por otro lado, benefician la salud.

Asimismo, este micronutriente favorece la cicatrización de heridas al participar en la producción de colágeno. Esta función es fundamental para evitar que las lesiones (tan frecuentes entre deportistas) pasen a cuadros de mayor relevancia y facilitar su curación de manera natural.

Otro de sus roles de gran importancia para quienes practican deportes o realizan ejercicio físico con regularidad es su intervención en el estado del hierro, ya que el ácido ascórbico fomenta la absorción de este mineral, esencial para la correcta oxigenación de los tejidos.

Además, es muy frecuente ver atletas con anemia debido a la exigencia que tiene su cuerpo para oxigenar los tejidos. Entonces la vitamina C ayuda, junto al hierro, a prevenir carencias que pueden dar origen a estados anémicos, mejorando la respiración y potenciando el desempeño durante el ejercicio físico.

Este micronutriente se necesita en cantidades relativamente bajas, ya que con sólo 90mg diarios en el hombre y 75 mg diarios en la mujer es suficiente para cubrir las necesidades de esta vitamina que podemos encontrar en frutas y verduras frescas o congeladas, por ejemplo: cítricos, kiwi, frutillas, ananá, melón, brócoli, pimiento, naranja, coles de Bruselas, limón, entre otros.

Más allá de que éstos alimentos son de fácil acceso y se incluyen habitualmente en nuestra dieta, debemos procurar consumir una vez al día vegetales frescos e ingerir al menos un cítrico a diario, ya que la vitamina C se destruye fácilmente ante la luz solar y como consecuencia de la cocción.

Su carencia puede dar origen a dolores de piernas, hinchazón, infecciones, sangrado de encías, anemia y alteración de la estructura muscular y del cartílago.

Por supuesto, debemos prestar atención a los alimentos fuentes de energía, pero no podemos olvidar estos nutrientes que, aunque el cuerpo necesite en pequeñas cantidades, son indispensables para poder continuar ejercitándonos a diario de una manera más saludable.

Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar

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