Cada vez que vas al gimnasio o realizas tu rutina de resistencia, los tejidos y músculos de tu cuerpo están sometidos a un constante movimiento de estiramiento y contracción, al tiempo que se producen pequeñas rasgaduras en los tejidos: por más que esto pueda sonar un tanto negativo, no es más que el proceso natural a través del cual tus músculos se desarrollan y crecen como consecuencia del entrenamiento.
Y uno de los puntos cruciales para que esto suceda es “alimentar” tus músculos con lo que realmente necesitan ni bien terminan de ser entrenados (sí, ni bien finalizas tu rutina).
Por lo general, se recomienda que no pasen más de 30 minutos luego del ejercicio sin que hagas tu comida, cuando esto sucede puedes entrar en un proceso catabólico (en el cual, en realidad, se pierde masa muscular, en vez de ganarla).
Así que ni bien terminas de ejercitar deberías consumir algún snack rico en carbohidratos de rápida digestión: podría ser un pan blanco con un poco de mermelada e, incluso, alguna bebida rehidratante.
También es importante que consumas la cantidad necesaria de proteínas luego de tu entrenamiento. A decir verdad, una buena opción de bebida luego de tu rutina puede ser una leche chocolatada desnatada, ya que así estarías incorporando las proteínas provenientes de la leche, azúcares simples y sólo un poco de grasas.
Con respecto a las grasas, una última recomendación: las grasas sí deberían ser evitadas luego del gimnasio. Si bien las grasas, sobre todo las de origen vegetal como las que están presentes en nueces, semillas de lino o en el aceite de oliva en sí mismo, sí son necesarias en tu dieta, evita consumirlas inmediatamente después de tu ejercicio. El punto radica en que las grasas retrasan la absorción de las proteínas y carbohidratos, por este motivo procura dejarlas de lado en tu comida postentrenamiento.
Via: vitadelia