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14 de marzo de 2011

Cuando la obesidad se transforma en una obsesión

Muchas personas en su desesperación por perder los kilos de más que se han instalado en su figura, llegan a recurrir a métodos extremos para lograr su objetivo.

El prototipo de la figura perfecta ya sea hombre o mujer es algo que la publicidad y lo medios venden a todas las personas,

Gran cantidad de falsas promesas sobre dietas milagrosas, aparatos para masajes reductores, hierbas naturales, algas, y un sin número de productos que prometen reducir el peso corporal y lograr una figura espectacular, llegan a diario a muchas personas.

Se ha instalado en la sociedad que estar en forma es estar sano y esta tendencia atrapa a muchas personas.

La obesidad puede presentarse muchas veces como un problema genético o como un trastorno de la tiroides, pero la mayoría de los casos es la respuesta a malos hábitos alimenticios y falta de actividad física.

El sobrepeso trae muchas consecuencias dañinas para la salud y también a nivel psicológico ya que quienes sufren de esta enfermedad son consideradas personas con poca fuerza de voluntad, desinteresados y descuidados por su persona. Este tipo de actitudes del entorno afecta a quienes son obesos, pero el motivador para bajar de peso debe ser el sentirse a gusto con el propio cuerpo.

Esto traerá aparejada la necesidad de seguir una dieta balanceada y comenzar a hacer ejercicio físico. Por ello, las personas obesas deben primero aprender a quererse y cuidarse además de tener el derecho de exigir ser respetadas.

Actualmente, la búsqueda de una apariencia física perfecta para ser aceptado social y laboralmente, hace que muchas personas paguen un alto precio por conseguir este objetivo.

Las personas que se someten a tratamientos que son un tortura pueden bajar de peso, pero como no modifican los hábitos alimenticios, ni controlan su obsesión, vuelven a recuperar el peso perdido, comenzando a subir y bajar de peso de manera constante, causándose muchas veces daños a órganos vitales, como tiroides, hígado, riñones y/o corazón.

Los malos hábitos sumados a la ansiedad y a una baja autoestima pueden conducir a muchas personas a sufrir trastornos como anorexia, bulimia, comer compulsivamente y también a padecer vigorexia o sea la obsesión por tener un cuerpo musculoso.

Es importante por ello aprender a comer bien por medio de una adecuada nutrición, siendo fundamental la actividad física, que además de proporcionar energía ayuda a quemar más facilmente las calorías, estableciendoademás, criterios para evitar que la gran cantidad de mensajes publicitarios sobre una imagen corporal perfecta se convierta en una meta a alcanzar sin importar las consecuencias.

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