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23 de septiembre de 2009

Entrenamiento integral: Ideal para un súper cuerpo

Los ejercicios que actúan en zonas especiales, como en las caderas, los muslos, el abdomen, los brazos o el tórax, ponen indirectamente a otros músculos en acción. Sin embargo, la única forma de asegurarse de que se tonifican los músculos de todas las partes del cuerpo es siguiendo un programa de entrenamiento sistemático y global. Por ejemplo, es ideal seguir una rutina de ejercicios localizados con pesas y combinarla con sesiones de actividad aeróbica (como caminatas o paseos en bicicleta). De esa forma el cuerpo recibe un entrenamiento físico integral, beneficiando tanto a los músculos como al corazón y los pulmones.

Fortalecer los músculos del abdomen, las piernas y el pecho contribuye para que los dolores de espalda desaparezcan gradualmente, ya que, ante cada movimiento, no será la columna vertebral la que cargue con la peor parte sino que el peso se distribuirá por todo el cuerpo. Las caminatas frecuentes, con algunos ejercicios de elongación al final, son un buen punto de inicio para iniciarse en la práctica regular de ejercicio físico. Asimismo, la actividad deportiva es un formidable método de eliminación de toxinas, a través de las distintas secreciones del cuerpo como la orina o la transpiración. De esa forma un entrenamiento corporal completo permite liberar al organismo de las impurezas y tensiones acumuladas principalmente en los estados de inactividad o sedentarismo.
Ejercicio físico para un cuerpo delgado

El ejercicio regular y moderado tiene un efecto beneficioso en el peso corporal. Tal es así, que media hora de ejercicio diario puede impedir aumentar o hacer perder unos diez kilos al año. El ejercicio físico moderado aparta la grasa de los músculos perezosos. Pero si se necesita perder mucho peso y reducir las medidas, el ejercicio solo no hace bajar necesariamente todos los kilos de más, aunque, con el tiempo, el exceso de peso termina convirtiéndose en unos músculos fuertes y firmes, eliminando las protuberancias de grasa y proporcionando un contorno suave.

Por ejemplo, las personas inactivas adoptan malas posturas corporales, cuando en realidad corrigiendo una mala postura, se puede dar la impresión de pesar cinco kilos menos. Por su parte, la grasa blanda del cuerpo es mucho más fácil de eliminar que la grasa dura y sólida. Las personas cuyos cuerpos poseen grasa dura necesitan seguir una dieta controlada además de hacer ejercicio para quemar esa grasa. A medida que se pierde peso y se reduce el contorno corporal, la grasa se ablanda antes de ser eliminada por completo. La continuidad en el ejercicio permite finalmente que el cuerpo se fortalezca y los músculos se pongan firmes.

Por: Mariano Salvador Orzola

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